Todos hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas esa sensación de que todo está boca abajo. No está mejor ni peor, simplemente todo ha cambiado, pero puedes tener hoy un lugar de nuevos comienzos.

Hace ya casi dos meses desde mi última entrada en el blog y el motivo del retraso no es otro que el que lleva por título este nuevo post: Nuevos comienzos.

Nuevo trabajo, nueva ciudad, nueva casa, nuevo “no compañer@” de piso y en resumen, una enorme cantidad de estímulos que mi cuerpo y mente han recibido de golpe y que todavía están intentando gestionar.

Toda decisión que tomamos abre un abanico de posibilidades ante nuestros ojos que implican nuevas aventuras, nuevas caras en nuestro día a día, nuevas rutas a seguir, nuevos horarios y nuevos aprendizajes. Sin embargo, tenemos que saber ser críticos con nuestras decisiones y asumir que un “sí” cierra de golpe todas aquellas puertas que se hubieran abierto al decir “no” y con ellas, el lugar donde nos habría llevado ese no, los momentos, las palabras y las personas que nos acompañarían en nuestro camino y que se funden entre un claroscuro al escucharte pronunciar ese “si”. Nuestro Pastor Fernel Monroy

 

Un lugar de nuevos comienzos

Y tras estudiar al milímetro lo que deje atrás y lo que se acercaba, escuche un eco a lo lejos desde la salvaje Escocia que repetía: “Algunos dicen que no podemos cambiar nuestra suerte, que el destino no nos pertenece.”

Pero yo aprendí que eso no es cierto. Nuestro destino vive dentro de nosotros y podemos cambiar nuestro rumbo tantas veces como queramos.

Así que si, dije sí, y ya habrá tiempo para noes.

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